Los cuatro partidos proindependentistas, encabezados por Carles Puigdemont, parecen proyectados a tener 61 escaños, luego que se computaron casi la totalidad de las papeletas. El total está por debajo de los 68 necesarios para tener mayoría en la cámara.
Por AP| Foto: AP / Emilio Morenatti| Proceso| domingo, 12 de mayo de 2024 · 23:58|BARCELONA — Seis años después de sumir a España en su peor crisis política en varias décadas, los partidos separatistas de Cataluña están en peligro de perder el poder en la región del noreste del país, luego que el prosindicalista Partido de los Socialistas de Cataluña obtuvo la mayoría de los votos en las elecciones regionales del domingo.
Los cuatro partidos proindependentistas, encabezados por el Juntos del expresidente regional Carles Puigdemont, parecen proyectados a tener 61 escaños, luego que se computaron casi la totalidad de las papeletas. El total está por debajo de los 68 necesarios para tener mayoría en la cámara.
Los socialistas encabezados por el exministro de Salud Salvador Illa registró un triunfo histórico en la elección catalana al obtener 42 escaños, comparado con los 33 de 2021, cuando también obtuvieron la mayor cantidad de votos, pero no lograron conformar un gobierno.
«Los catalanes han decidido que corresponde al PSC liderar esta nueva etapa», dijo Illa a sus simpatizantes desde la sede del partido. «Les anuncio que asumo esta responsabilidad y que, en cuanto se constituya el nuevo Parlament, manifestaré mi voluntad de presentar mi candidatura para presidir la Generalitat de Catalunya».
Illa lideró la respuesta de España al COVID antes que el presidente del gobierno Pedro Sánchez lo enviara de regreso a Barcelona para encabezar al partido. El tono calmado y el enfoque en los temas sociales del político de 58 años convenció a muchos votantes de que era momento para un cambio tras varios años en que los separatistas impusieron presión para cortar una relación de varios siglos con el resto de España.
Sánchez felicitó a Illa por el «histórico resultado» a través de un mensaje en la red social X.
Los socialistas tendrían que conseguir el apoyo de otros partidos para dejar a Illa a cargo. En los próximos días, quizás semanas, habrá negociaciones con el propósito de formar un gobierno. Tampoco se descarta un parlamento dividido o la convocatoria a nuevas elecciones.
Pero hay una forma para que Illa alcance el objetivo de 68 escaños. Los socialistas ya forman parte de una coalición gobernante en Madrid con el Movimiento Sumar, el cual tiene ahora seis bancas en el parlamento catalán. Pero lo difícil será atraer a un partido de izquierda de la bancada separatista.
Sin importar las negociaciones, el auge de Illa es buen augurio para Sánchez y los socialistas, antes de las elecciones para el Parlamento Europeo del próximo mes.
Los separatistas han estado al frente del gobierno regional en Barcelona desde 2012 y habían ganado la mayoría en cuatro elecciones regionales consecutivas. Pero los sondeos y una elección nacional en julio pasado revelaron que el apoyo a una secesión ha ido a la baja desde que Puigdemont encabezó un intento separatista ilícito —y fallido— en 2017 que resultó en que cientos de negocios y los principales bancos catalanes salieran de la región.
«La candidatura que encabecé tuvo un buen resultado, somos la única fuerza proindependentista que aumentó su número de votos y escaños, y asumimos la responsabilidad que esto implica», dijo Puigdemont. «Pero eso no basta para compensar las pérdidas de los demás partidos separatistas».